El circo de los fenomenos

Hoy día luego de retirar unos tejidos encargados por mi progenitora, me encaminé en dirección al circo de los fenómenos, no sin antes hacer una parada de rutina en el camino a disfrutar en una posada ya conocida de un brebaje autóctono de la zona hecho con jugo de frutas y cereales, luego de esto tomé una carroza subterránea y me encamine a mi destino.

A la llegada, me encontré con un portón de acero que bloqueaba la entrada, no se si para proteger el lugar de intrusos no deseados o para mantener dentro a los fenómenos y así proteger a los poblados cercanos, luego de que el guardia me concediese la entrada, me encaminé escaleras abajo a la sala de espectáculos del lugar, un olor nauseabundo a humedad impregnaba el aire y se respiraba un olor de tumbas, al parecer se encontraban en plena excavación de unas nuevas catacumbas para el lugar.

Mientras buscaba la ya antes mencionada sala, me encontré con el encargado del recinto, el señor Pérez, un personaje pálido como la leche de contextura delgada y calvo, que se encarga de mantener a los fenómenos en su lugar, junto a el hicimos ingreso a la sala de espectáculos, donde en ese momento pude divisar a no menos de una docena de seres cuyos aspectos difícilmente podría describir sin causar pesadillas en alguno de los mas pequeños de la casa.

Luego de observar durante un rato a la variopinta fauna del lugar mientras conversaba con el Sr. Pérez, este me invitó a conocer otro de los lugares del recinto, una sala llena de espeluznantes obras de arte con colores chillones, donde un hombre mas delgado aun que mi anfitrión, me introdujo en una historia de abominaciones, donde mi papel era interpretar a un psiquiatra que perseguía a un pintor loco por un Londres inundado de niebla donde nada parecía ser lo que en realidad era.

Al final de la tarde, luego de pasar por todas estas extrañezas, me dirigí a otra sala del lugar, donde el Sr. Pérez realizaba una suerte de espectáculo junto con sus fenómenos en una especie de auditorio en miniatura, esta vez era mucho para mí, así que me dirigí escaleras arriba y después aborde un coche con destino a mi hogar, para poder realizar otra entrada en mi bitácora personal, la tinta ya se me acaba, por lo que esto seria todo por hoy.